sábado, 20 de septiembre de 2014

EL MARQUESITO


Hace ya bastantes décadas de esta historia, os explico, un distinguido aristócrata de la burguesía de la capital del país había comunicado su intención de cambiar de residencia cansado del bullicio de la gran ciudad. 
Con mucho detalle se centró en escoger una pequeña ciudad donde los habitantes fueran amables, hospitalarios, confiados y tranquilos.
Contrató al mejor de los arquitectos de aquella ciudad para proyectar y dirigir la construcción de una majestuosa casa señorial en la calle más prestigiosa de aquella capital de comarca. Realizó todo tipo de encargos y contratos, algunos innecesarios y rozando la lujuria, para que en aquella casa nunca faltase de nada y todo estuviese preparado para su inminente llegada a la ciudad.
En toda la ciudad era tema de charla la inminente llegada del marqués, éste había realizado todas sus gestiones mediante cartas escritas con un lenguaje muy cortés y con su gran virtud de convicción, prometió a cambio, negocios prósperos en las lejanas américas o con la más honorable aristocracia de su círculo de amistades.
Eran tantas las ofertas de contratos y servicios recibidos que incluso cobraba sumas de dinero por ello, y digamos que, hasta en la ciudad eran mal vistas aquellas personas que no estaban relacionadas con el importante marqués o que todavía no habían tenido la oportunidad de lograr negocios con él.
La casa fue amueblada con un gusto exquisito por gentileza del ebanista más celebre de la ciudad y  todo estaba dispuesto para ser habitada, mayordomo de confianza, ama de llaves, sirvientes, cocineros, automóviles de gama alta, chófer, además también le llegaron invitaciones a banquetes, hoteles de gran lujo, festivales, fiestas privadas y una cantidad exagerada de regalos por gentileza del gremio de comerciantes.  
Y llegó el gran día,  adornaron la ciudad  con flores de mil colores, en la gran plaza instalaron un escenario donde la orquesta tocaba sin parar, las grallas y los gigantes recorrieron las calles, los habitantes se vistieron con sus mejores galas y el alcalde pronunció su discurso de bienvenida entregando al noble caballero las llaves de la ciudad.
Todos disfrutaron de aquella especial velada, y tal fue  la magnitud de todo aquel montaje que nadie era consciente de que todo aquello era la traca final de una gran estafa, el marqués no era ningún marqués, no cumplió nada de lo que prometió, al día siguiente se esfumó con todo el dinero recaudado, dejando arruinados a un gran número de familias y abandonando aquella maravillosa casa que había sido construida para ser su vivienda a la vez que debía haber traído consigo la riqueza a la comarca. 
















Desde aquí doy las gracias a Juanito Bananax y Bruna Bananax, por su colaboración desinteresada y acompañarme en este fantástico Urbex.


4 comentarios:

  1. Que guapo!! Fántasticas fotos!!
    Felicidades!!
    Saludos!!

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    1. Hola Selene 32!!! Gracias por seguir este blog,,,, me animas a que siga publicando reportajes,,,,,,, que la búsqueda de lugares como este es desesperante.
      Un saludo
      Jordi Vall

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  2. Excelente trabajo e historia

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    1. Gracias Carmela López!!
      La historia es verídica.... el estafador la lió gorda!!!
      Las personas e avanzada edad aun recuerdan toda aquella movida.
      Un saludo
      Jordi Vall

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