sábado, 16 de mayo de 2015

MASIA DE LOS ESPECTROS


Aunque camino por la sombra, los rayos del radiante sol de esta mañana consiguen filtrarse entre las hojas de los frondosos árboles de este bosque desconocido para mi.  Tras un buen rato caminando y entretenido con mi cámara, miro atrás y no distingo con exactitud donde me encuentro, ni por donde he venido y por supuesto sin saber a donde voy. Decido seguir a la deriva paseando a paso tranquilo y sin prisas, nadie me espera hoy y el reloj tampoco me acompaña.
Ante mis pies, el camino es recto con árboles alineados a ambos lados e invitándome a seguir hasta el final, donde ya diviso una gran casa Rural.


Ya en un claro del bosque se alza la gran casa, me acerco a la puerta, simplemente ajustada, y sin dudarlo ni por un momento, un paso ya me ha dejado dentro.
Observo a un lado y a otro, transito por el interior intentando entablar conversación, ¿hola?, ¿hay alguien?, nadie responde.




Mi curiosidad crece por momentos, y en la situación en la que otras personas hubiesen marchado a paso ligero dejando la puerta abierta de par en par, yo no puedo dejar de penetrar más y más en las entrañas de esta casa.
Inmune totalmente a algunas emociones que de manera constante me acechan, peligro, miedo, inseguridad, mi mente se apoya más en esas otras sensaciones: curiosidad, intriga, riesgo, investigar, descubrir y encontrar. 
Nada ni nadie da señales de vida y lo único que ya me preocupa son las fotos que hago con suma cautela dejando de prestar atención a esos ruidos de ventanas, puertas y corrientes de aire que intentan alertarme de una acertada retirada a tiempo.



Ya en el salón de la casa un golpe de intenso aire fresco desplaza las hojas en forma de remolino y a la vez acaricia mi cara. Un claro escalofrío se escapa desde mi interior, en un mísero instante y como respuesta ante notable estímulo. Aunque me ha parecido notar con algunos de mis sentidos una presencia de algo extraño, sin poder definirlo con exactitud y pese a que también puedo desestimarlo o dudarlo por completo. 


Muchas veces me han preguntado por mis fotos en este tipo de lugares, ¿alguna vez te salen cosas extrañas y sin explicación en tus fotos?. Siempre había respondido con una sonrisa y asegurando que nunca hallaba nada fuera de lo corriente. Pero hoy, aquí y ahora el destino nos ha puesto solos, frente a frente a los dos,  él ante mi, con mirada desafiante, un verdadero espectro mostrándose como dueño y señor de aquel lugar, y yo, como profanador de su eterna serenidad.


Por lo que me habían explicado, los espectros se manifiestan de manera reiterada en un determinado lugar, y con frecuencia, a la misma hora. Muestran una actitud distante, realizan siempre los mismos movimientos y las  mismas acciones, no intentan interactuar con los testigos, parecen ausentes de todos y ante todo lo que les rodea.
Parecen ser un fragmento del pasado que por alguna razón inexplicable se reproducen en un bucle de manera continuada y encallada en el tiempo.





Sigo solo, con mis pensamientos como única compañía y esforzándome en encontrar una explicación a esa visión de apenas un par de segundos e incluso convencerme a mi mismo, que  el cerebro y esa voz interna que siempre me habla, pueden haberme jugado una mala pasada, e incluso manipularme, y atreverse a llevarme a un estado de pánico.


En definitiva, una tontería como otras tantas, pero sin una clara explicación, sencillamente dejo de pensar en ello mientras subo por las escaleras al piso superior y cambio la batería de mi cámara. Eso si es extraño, la batería está totalmente agotada y muy pocas fotos he disparado hasta este momento. 


Cierro la tapa de la cámara y compruebo, perfecto, indicador de bateria al 100%, con todo esto ya estoy en el segundo piso. Por cortesia y educacion siempre me han enseñado a llamar o avisar antes de entrar en alguna casa o estancia, y por ello, esta vez enérgicamente, repito:  ¿hola?, ¿hay alguien?, por segunda vez nadie responde a mi llamada.
La primera habitación es dedicada a la plancha, seguramente se hacen remiendos de ropa, costura y  probablemente también se usa como trastero.



Andando por el pasillo entretenido ajustando parámetros de mi cámara para las próximas fotos, ya que esta zona de habitaciones parece más oscura.
Hago un giro de 90 grados y entro en la segunda estancia, alzo mi vista, y otra vez mi mirada queda aturdida y fija en los ojos de aquel, ser o no ser, manifestándose del todo intranquilo y lleno de angustia.




¿Acaso estoy asaltando su intimidad?, trata de razonar mi voz interna, sin parar de aconsejarme y sin dejarme pensar en otra cosa, lentamente retiro mi vista de sus ojos  y sin nada que alegar,  unos pasos atrás me llevan a la siguiente estancia.
Los fantasmas son apariciones de espíritus. Dicho con otras palabras, seres desencarnados que de manera aislada se manifiestan ante una o varias personas.  Se caracterizan por el deseo de comunicarse con el mundo de los vivos. Cuando sucede la aparición, los testigos afirman que el aparecido quiere interaccionar con ellos y comunicarles un mensaje.  Se manifiestan con un fin concreto.
Un dato curioso, por su continua repetición, es que en casi todos los casos, el espíritu se manifiesta con la apariencia con la que pueden ser reconocidos por sus familiares o amigos; o con la edad en la que se encontraban mejor en su vida física. Por ello, en muchas de las apariciones, el fantasma  es visto con un  aspecto rejuvenecido.



Bajo por las escaleras hacia la cocina, peldaño a peldaño, tranquilamente, conversando conmigo mismo y esta vez argumentando todo lo visto y sucedido. Llegando a la misma conclusión invariable a la que llego siempre, como callejón sin salida, No es posible, no es cierto!!! . 







Y cuando lo comente con mis amigos tampoco me van a creer, así pues, este secreto queda entre mi mente y yo, saliendo ya por la puerta dejando todo como estaba y al alejarme miro atrás, recalcando para mi interior, no es posible, no es cierto!!
Experimentados en estos asuntos me hablaron unos días más tarde de detalles como:

Según los testimonios recogidos, los fantasmas necesitan dar un mensaje de tranquilidad, advertir de un peligro al testigo e incluso para pedirle ayuda. Su aparición siempre tiene un fin.
El morir ni redime de los pecados en vida, ni convierte en Santos a los desencarnados, ni los convierte en seres malignos dignos de temor. Los espíritus mantienen la personalidad que tenían en vida, mantienen su carácter, conservan todos los recuerdos y conocimientos que adquirieron en su vida física.

Como consejo ante una aparición: No hay que tenerles miedo, suelen ser inofensivos, y su único objetivo es comunicar un mensaje.
La presencia de fantasmas suelen ir acompañadas de otros fenómenos tales como:
-  Campos electromagnéticos alterados.
-  Bajadas bruscas de temperatura.
-  Descargas  repentinas de baterías.
-  Poltergeist o movimiento de objetos.


4 comentarios:

  1. Se nota la evolución de tu trabajo literario y fotográfico(edición), y se aprecia en ambos que la calidad está presente desde el inicio. Me encanta la foto del fantasma en el sillón. ¡Es genial!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Carmela!!! gracias por ser la seguidora número 1 de mi blog!!!
      Gracias por tus alagos,,, se agradecen mucho, quedan en el recuerdo y nunca abandonados!!!
      Si, la foto del fantasma es mi preferida de este reportaje,,,, y no tiene trampa. Realmente la foto fue disparada de manera para conseguir ese efecto, con la colaboración del fantasma de casa claro está,,,, no es el resultado de un montaje en la edición.
      Un saludo
      Jordi Vall
      Recuerdo Abandonado

      Eliminar
  2. Buen report Jordi! Veo que tu también lo pillaste cuando estaban todos los botones por el suelo...
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por visitar este blog!!
      Si, los botones estaban por el suelo en una pequeña habitación, muchos botones, de todos los colores, de tamaños diversos y diferentes formas.
      Sin lugar a dudas un lugar interesante.
      Un saludo
      Jordi Vall
      Recuerdo Abandonado

      Eliminar